La detección precoz de los gases se basa en varios aspectos:
Explosividad:
O mejor dicho Límites de Explosividad. Estas definen las concentraciones mínimas y máximas del vapor o gas en mezcla con el aire, en las que son inflamables. Se expresan en tanto por ciento en el volumen de mezcla vapor de combustible-aire. Reciben también el nombre de límites de explosividad, ya que según las condiciones de confinamiento, cantidad, intensidad de la fuente de ignición, etc. varía la velocidad de la combustión y es común que se origine una explosión.Aunque ambos términos son intercambiables para vapores y gases inflamables, es más usual el de límites de inflamabilidad para estos dos y el de límites de explosividad para polvos combustiblesEl límite inferior a que un gas se vuelve explosivo es el L.I.E. Se define como la concentración mínima de vapor o gas en mezcla con el aire, por debajo de la cual, no existe propagación de la llama al ponerse en contacto con una fuente de ignición.Por ejemplo el Metano o Gas Natural, tiene su L.I.E. en el 5% del volumen, es decir: tiene que existir una mezcla gas-aire del 5%, para que el gas sea inflamable.
El Propano por ejemplo es de un 2.1% del volumen gas-aire, por lo que es explosivo a menores concentraciones.
¿Y esto que quiere decir?
Pues que mientras no exista una concentración (por ejemplo, de gas natural CH4) de 5 partes de gas por 95 de aire NUNCA se va a producir una explosión.Los detectores según diferentes normativas deben actuar cuando se alcance entre un 20 % y 50% del citado Limite Inferior de Explosividad. Mucho antes de que se pueda alcanzar el peligro.